Nuevas aventuras de Timoteo el pájaro azul 3

Cuéntame un cuento - ¿A quién no le gusta que le cuenten un cuento? A todos nos gusta, tanto a grandes como a chicos, porque un cuento no sólo despierta y alimenta nuestra imaginación, sino que es una excelente oportunidad para transmitir enseñanzas y valores en forma amena. Un cuento, en concreto, es una excelente herramienta de entretenimiento y de aprendizaje que, a través de fantasías y aventuras, hace no sólo más agradable la vida, sino que también ayuda a pensar sobre las cosas que realmente importan. Por eso, como los niños son parte muy importante de la familia, Sembrar Familia, con esta nueva sección, brinda a los padres, a los abuelos y a todas las personas mayores la oportunidad de acercarse a los niños a través de los cuentos para compartir con ellos un rato de expansión, cariño y enriquecimiento.

2013-02-28

Aventuras de Timoteo, el pájaro azul (3)

Mientras se desplazaba volando bajito por el bosque, bajo el impulso de un viento tibio y suave, Timoteo –mi amigo, el pájaro azul-  se puso a cantar.  Cuando lo oí cantar, me dí cuenta enseguida que Timoteo estaba algo triste y preocupado, pero yo no tenía manera de saber qué le pasaba porque no entiendo el canto de los pájaros.  Para mí que algo le pasaba, o eso, al menos, me parecía.   Como yo quiero mucho a Timoteo, me quedé pensando en qué le pasaría y, para salir de dudas, me fui corriendo hasta la casucha donde vive Serafín, el duende del bosque, que entiende perfectamente el canto de todos los pájaros.  Él lo conocía muy bien porque cuando era chico un águila muy sabia que vivía allí en ese entonces, le enseñó todos los secretos del canto de los pájaros.

 

Cuando llegué a la casucha del duende,  le pedí que me acompañara bosque adentro para que él también oyera a Timoteo cantar y me dijera qué le estaba pasando a mi amigo.  Salimos los dos juntos a recorrer el bosque hasta que encontramos el árbol donde se había refugiado Timoteo para cantar.  Serafín y yo nos quedamos callados, escuchando y escuchando un buen rato.  Por  la cara de Serafín mientras lo oía cantar a mi amigo, me di cuenta de que Timoteo estaba pasando un momento difícil.  Yo no me animaba a hablar para que Timoteo no se diera cuenta de que lo estábamos escuchando. Después de un buen rato, Serafín dijo que ya había oído lo suficiente y, sin decir una palabra, los dos nos fuimos de vuelta hasta la casucha del duende.  Allí, en el silencio de la tarde, Serafín me explicó lo que le estaba pasando a Timoteo.

 

Lo primero que me dijo Serafín fue que a Timoteo no le estaba pasando nada raro.  Lo que sí le estaba pasando era que el pájaro azul estaba empezando a madurar, a crecer como persona, a darse cuenta de muchas cosas y, especialmente, estaba haciéndose muchas preguntas a sí mismo.  Por ejemplo, Timoteo se preguntaba si él era un buen hijo agradecido con sus padres, si de verdad era bueno y generoso con los demás, si era obediente y hacía bien las cosas, si cuidaba a sus hermanos, si ayudaba a los necesitados, si no perdía el tiempo en cosas inútiles, si siempre estaba contento y agradecido por lo que tenía y muchas cosas más por el  estilo.  En resumen, Serafín me dijo que Timoteo simplemente se estaba transformando en un pájaro responsable, generoso, siempre dispuesto a ayudar a los demás.  Por eso, no había nada por qué preocuparse porque Timoteo simplemente  estaba convirtiéndose en un ser maduro y serio, con un corazón grande y generoso.  Como todos los seres que pasan por este mundo debieran ser.  Y. tú, querido lector, ¿eres como Timoteo?

 

Y, colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

 

 

BUSCADOR