Querido adulto

Mi felicidad es yo y no tú. Me llamas rebelde. Te pido que me ayudes a hacer de mí algo verdadero. Sólo mírame a los ojos y quiéreme así como soy: una adolescente.

2004-11-24

Mi felicidad es yo y no tú. No puedo ser feliz cuando cambio meramente para satisfacer tu egoísmo. No puedo sentirme contenta cuando me criticas por no pensar tus pensamientos y por no verlo todo igual que tu.

Me llamas rebelde. Sin embargo, cada vez que me cuentas tus creencias, te estas rebelando en mi contra. Yo no trato de moldear tu mente, porque sé que te concentras en ser solo tú y no puedo permitir que me digas quien debo ser yo. ¿Por qué tratas de usar mi existencia para probarte a ti mismo lo que eres?

Te pido que me ayudes a hacer de mi algo verdadero. No hagas trampas y acéptame tal cual soy. Tengo mensajes, pedidos de socorro, grandes ideas y falsas promesas. Veo que pasa una nube y me deja. Quiero existir, quiero sentir, necesito caricias. Te pido que olvides mis aires de grandeza porque no me parezco a nada de eso, porque no hago mal, porque el dolor está en mi y no preguntes por qué no lo sé, no quieras saber por qué soy lo que soy, sólo mírame a los ojos y quiéreme así como soy: una adolescente.

Adolescencia, cambios permanentes.

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