La prensa se llena a diario de noticias sobre la violencia: la que existe en los colegios, los niños que portan armas, las barras bravas de los espectáculos deportivos, el vocabulario que es un verdadero espanto, etc.

¿Cuáles son las posibles causas de esa violencia?

Una de ellas seguramente son los medios de comunicación, que enseñan a los más jóvenes a comportarse de forma violenta. En las películas y en los teleteatros sólo se oyen las malas palabras y sólo se ve violencia y pornografía. A todos nos causa estupor y amargura, y a los creyentes nos viene a la memoria aquel pasaje del Evangelio en que Jesús dijo: "Al que escandalice a uno de estos pequeños que cree en mí, más vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar" (Mateo 18.5)

¿Hasta cuándo tendremos que soportar que nuestros niños, que nuestros jóvenes tengan que sentirse acosados por tantos peligros morales y físicos? ¿Que la Justicia sea más dura? Sin duda, pero no estaría de más darnos cuenta que lo más efectivo es empezar por el principio.

Hace falta una buena formación religiosa, moral y cívica en todos los colegios y en las mismas familias. Que el niño entienda y asuma en serio lo que está bien y lo que está mal, que pueda llegar a ser un hombre capaz de rechazar con convicción y valentía todos los ataques negativos de nuestro entorno.

Sepamos aprovechar estas fantásticas tecnologías de la ciencia y la informática, y ojalá podamos entonces sentirnos orgullosos de los valores humanos de nuestros tiempos.